Monday, May 16, 2011

Mi paraíso es

Para Aleli y los lilies

Mi paraíso es verde, amarillo y café,

tiene una casa con tres sedes,

y muchas moras silvestres.

Cuando llegas te encuentras con Lucas,

cuando te vas lo dejas con Dios,

porque sólo Dios pudo haber creado ese lugar

y me ayudo a encontrarlo.


El paraíso se parece a ti:

Si llueve mucho la tierra no logra desaguar todo el exceso.

El barro se conjuga con el pasto, y el pasto más verde que antes,

no para de crecer, la maleza se expande entre las flores y las hojas,

todo parece rocío y piedras resbalosas.

Si hace mucho sol, la tierra como la piel, se desquebraja,

empieza a agrietarse, hasta mostrar sus entrañas.

Y el verde es amarillo quemado,

y las noches frías son como el viento

que saluda a las montañas.


El paraíso se parece a mí,

un poco, nada más,

cuando llego te encuentro allí,

te agradezco hasta el último momento,

y parto…


Ya sé que el paraíso es un lugar transitorio,

estás y te vas… eres en la contemplación

y te defines en su ausencia.

Friday, April 15, 2011

Pensamiento

Abril 14 de 2011

Tengo unas ganas de salir corriendo.
Este mundo amaneció nublado de esperanzas.

Tuesday, March 22, 2011

Landscape of Toca

Creo que hay reacciones que no se pueden explicar, simplemente hay imágenes que son artísticamente bonitas, pero que se presentan vacías semánticamente, YA QUE PARA TI NO TIENEN SIGNIFICADO AFECTIVO-EMOTIVO.

Conocí Toca cuando tenía como quince años, vi la famosa hacienda a la que mi mamá hacía referencia cuando hablaba de su infancia, los muebles que morían en el primer piso del granero, el molino que traía agua y los juegos de cartas que hicieron mella en mi adolescencia en Kare-P.

A Toca la recuerdo como un lugar frío y embarrado que recorrí a caballo con Julian y Mauricio. De “El Vínculo” recuerdo un caballo dibujado en lápiz en la pared de un cuarto qué carecía de ventanas. Creo que lo que más me impresiono fueron las paredes de aquel palacio de la infancia de mi madre, ya que eran gruesas e imponentes, pero olvidadas por el tiempo, abandonadas a su suerte, tan fuertes para no caerse pero tan débiles por la falta de amor.

Mi mamá nos mostraba con sus manos donde quedó la casa del tío Alberto, en la Laguna, sepultada por el agua, cruzada por un río que ya no tiene cauce. Recuerdo que desde la casa de Margarita se podía ver la Laguna, y la noche, y las estrellas, y se sentía el frío. Entonces Toca se convirtió para mí en el lugar en el que mi mamá creció y neceó. Un lugar donde el verde se bifurca, como en la mayoría de paisajes Boyacenses, porque eso lo ves en sus carreteras, en Boyacá los paisajes cobran vida, y el tiempo se detiene.

Volví a Toca dos veces más, creo, recorrimos la carretera destapada que rodea la laguna, la última vez fue con Lucho y “El Vínculo” seguía siendo ese lugar olvidado por el tiempo, cambiado por la riqueza de su tierra… papa.

A diferencia de Toca me enamore de Tunja, de sus calles, de las plazas, de las iglesias, de su maravillosa biblioteca. Encontré gente amable, familiares comprensivos, construcciones que me decían mucho, me pasó igual en otros pueblos que conocí, habite, viví, como turista, descubriendo todas las gamas de verde, de blancos y de amarillas que puede dar la naturaleza.

Para mí Toca es el lugar en el que mi mamá veraneo, Boyacá es una lectura desde gusto, una vivencia desde el placer y un descubrimiento desde el corazón. Amo sus verdes y extraño sus calles ruidosas, calladas, solitarias, nubladas, húmedas; esas calles y carreteras que recorrí con dos maletas pesadas llenas de libros e ilusiones.

Eso es para mí Toca, un recuerdo ajeno que universaliza los paisajes y cielos boyacenses. Para ti es diferente ya que tiene un significado afectivo-emotivo profundo, eso lo respeto pero no trates de imponérmelo.

Tuesday, March 08, 2011

Re-composición humana...mente personal

Todos tenemos comienzos, caemos y nos levantamos siendo otros y los mismos. La historia de las humanidades se caracteriza por tener momentos de clímax y decadencia, las historias personales nos muestran que siempre somos algo “fenixes”, los pabilos dan paso a nuevas velas que florecen en su cera.

Anoche era una desconocida frente al espejo, los ojos rojos y la piel ajada, piel que pretendía estar viva, que creía sentir, que imitaba la grandeza de otros años, de otras vidas, piel de iguana que se resistía a caer.

Anoche recordé que este cuerpo solía ser feliz, jugar, correr, cantar, escribir… escribir lindas palabras para personas desconocidas, para manos amigas, para perpetuarme en el tiempo y fundar repúblicas que cada vez se levantaban más sólidas y majestuosas.

Hoy puse los pies en la tierra decidiendo que quería ser otra, reinvente las ausencias y me llene de valor para salir a la vida, con una sonrisa y muchas ilusiones; el pasado duele cuando no damos lo mejor de nosotros, pero si miramos atrás y vemos que con la entereza de espíritu y la sinceridad del alma que dimos todo, entonces lo vivido vale la pena y el futuro aunque es incierto, se vuelve, otra vez, una prioridad.

Es en este momento que nos convencemos que vale la pena nacer y morir, tantas veces como sea necesario, que el aprendizaje es infinito, y que la iguana, ahora con nueva piel, puede andar libre por un parque ribereño o por una ciudad del altiplano, tan verde como en sus inicios, tan brillante como el sol que eclipsa.


La iguana siempre canta su canción mientras los cisnes bailan en el cine...