Para Aleli y los lilies
Mi paraíso es verde, amarillo y café,
tiene una casa con tres sedes,
y muchas moras silvestres.
Cuando llegas te encuentras con Lucas,
cuando te vas lo dejas con Dios,
porque sólo Dios pudo haber creado ese lugar
y me ayudo a encontrarlo.
Si llueve mucho la tierra no logra desaguar todo el exceso.
El barro se conjuga con el pasto, y el pasto más verde que antes,
no para de crecer, la maleza se expande entre las flores y las hojas,
todo parece rocío y piedras resbalosas.
Si hace mucho sol, la tierra como la piel, se desquebraja,
empieza a agrietarse, hasta mostrar sus entrañas.
Y el verde es amarillo quemado,
y las noches frías son como el viento
que saluda a las montañas.
un poco, nada más,
cuando llego te encuentro allí,
te agradezco hasta el último momento,
y parto…
Ya sé que el paraíso es un lugar transitorio,
estás y te vas… eres en la contemplación
y te defines en su ausencia.
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